Dios, nuestro rescate en la tentación.

¿Sueles caer en tentación a menudo?

La tentación es un estímulo que nos induce el deseo de algo. Todos hemos sido tentados en algún momento de nuestras vidas, incluso Jesús lo fue. La tentación puede presentarse de diversas maneras. Puedes ser tentado a gritarle a una persona que hizo algo que te molestó, a cometer inmoralidad sexual, al poder, consumir sustancias nocivas, entre muchas otras.

Solemos ser tentados a cometer acciones que sabemos que no debemos hacer, contradicen la palabra, nos alejan de Dios y del propósito que tiene para nosotros.

El enemigo conoce nuestras debilidades y es un maestro del engaño (Juan 8:44). Generalmente no nos presentará la tentación como algo por lo que sufriremos, sino como algo que deseamos y nos traerá ciertos beneficios que nos harán sentir bien. Y esto no es completamente mentira, puede ser que caer en ella nos haga sentir emociones placenteras, pero esto es un efecto completamente pasajero, cuando este pasé será algo que nos causará sufrimiento y buscará destruirnos.

Dios no nos da sus preceptos y mandamientos solo porque si, él nos ama con un amor de Padre y busca protegernos de las consecuencias del pecado en nuestras vidas. Es como cuando estamos pequeños y nuestros padres nos otorgan ciertas reglas que, aunque a veces no comprendemos, son para cuidarnos del peligro y de que nos hagamos daño.

Muchas veces, el enemigo se manifestará con más fuerza en tu vida cuando estés haciendo cosas grandes de la mano de Dios. Cuando estés caminando en tu propósito.  No le gusta que el reino de Cristo crezca y se fortalezca y trata de alejar a las personas de Él.  Jesucristo fue tentado en el desierto después de haberse bautizado. 

Consejos para vencer la tentación

Aférrate a la verdad

En Lucas 4:1-13 podemos darnos cuenta de cómo Jesús fue tentado y qué fue lo que hizo para vencer esa tentación. Él se aferra a la palabra de Dios, ante la mentira de Satanás, Él recuerda la verdad. Profundiza en la Palabra, conócela y estúdiala para que sea tu escudo en tiempo de prueba.

Persevera en oración 

"Permanezcan despiertos y oren para que no caigan en tentación. El espíritu está dispuesto, pero el cuerpo es débil" (Mateo 26:41). Mantente en oración constante y pídele a Dios que te ayude a vencer. Recuerda: “Dios es nuestro refugio y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones” (Salmos 46:1).

Sé honesto con Dios

Muchas veces podemos sentir que la tentación nos sobrepasa y es un gran momento para reconocer que no podemos solos y rendirnos ante Jesús. Comunícale a Dios tus debilidades y dificultades recordando que cuando nuestras fuerzas se terminan comienzan las de Él. Su poder se perfecciona en tu debilidad (2 Corintios 12:9).

Voltea al pasado

Recuerda las consecuencias que caer en la tentación ha traído a tu vida en el pasado y plantéate si vale la pena volver a caer por emociones efímeras. Por otro lado, también recuerda lo que Dios ha hecho en tu vida, cuando ha sido bueno y fiel. Su bondad guía al arrepentimiento (Romanos 2:4).

Recuerda que somos más que vencedores en Cristo, mayor es el que está en ti que el que está en el mundo.

Mi carne y mi corazón desfallecen;

Mas la roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre.

(Salmos 73:26)